Elena Jaime - Adriana Agrelo

lunes, 1 de mayo de 2006

El ciberespacio, lugar de encuentros y desencuentros educativos.

Lic. Daniel E. Benadava.
Psicólogo.


“ … La sabiduría … sirve para convivir mejor con los que nos rodean, para atender sus razones, para resistir en la desgracia y tener mesura en el triunfo … y para saber envejecer y aceptar la muerte con grandeza … ”
Ernesto Sabato.

Algunas palabras introductorias.

En líneas generales, puede decirse que la educación posee una doble finalidad: transmitir, de generación en generación, toda una serie de conocimientos técnicos que la humanidad fue construyendo a lo largo de la historia; y, en forma paralela, la formación general de “ sujetos integrales ”, sobre todo en las escuelas primarias y secundarias, momento en el cual se sientan las bases para que el alumno, el día de mañana, se convierta en un ser responsable o irresponsable, egoísta o solidario, valiente o cobarde, mezquino o generoso.
Ahora bien, desde esta perspectiva, y según lo plantea Ernesto Sabato, para que el hombre aprenda es necesario que tenga libertad de opinar, equivocarse, rectificarse, para ensayar y explorar nuevos métodos y caminos de vida. “ … De otra manera … a lo mas, haremos eruditos, y en el peor de los casos, ratas de biblioteca y loros repetidores de libros santificados. El libro es una magnifica ayuda, cuando no se convierte en un estorbo … ”.1
De acuerdo a mi parecer, esta afirmación se podría extender al uso de Internet. En efecto, si bien es cierto que su utilización en el ámbito educativo, es altamente recomendable en nuestras sociedades, en donde la tecnología forma parte de nuestro existir; por el contrario, la sobrevaloración de esta herramienta, no nos permitirá vislumbrar algunas problemáticas que puede acarrear el uso “ acrítico ” del ciberespacio en el aula.
En las páginas siguientes, intentaré abordar de manera sintética, pero no por ello menos rigurosa, algunos posibles conflictos que pueden sobrevenir, en el ámbito educativo, en relación a la “ pontificación ” de Internet, herramienta que, cabe recordar, fue creada por el Pentágono para proyectar sus actividades armamentísticas a escala mundial, y que, como paradoja del destino, la misma vía que tenía una finalidad bélica, hoy en día es utilizada por diversos movimientos pacifistas, que se oponen a la violencia como estrategia de vida establecida en el imaginario de nuestras sociedades.

Educación e Internet: entre la igualdad y la perplejidad.

Algunos educadores entienden que los nuevos soportes informáticos ponen la “ cultura ” al alcance de todos, ya que, teniendo una computadora, el hombre posee la posibilidad de acceder a cualquier tipo de bibliografía. Si bien esto es cierto, cabe tomar algunas precauciones cuando se emiten juicios de este tipo, para intentar no caer en optimismos ingenuos.
Por un lado, la información que se encuentra en Internet, sobre cualquier tema, en líneas generales es contradictoria, fragmentada y sobre abundante. A través de esta vía de “ aprendizaje ”, se corre “ … el riesgo de la trivialización acumulativa que conlleva la sobreinformación … la saturación de información fragmentaria no conduce al enriquecimiento de criterios personales de análisis y toma de decisiones, ni a la formación de cultura, sino a la confusión y perplejidad, a la mera acumulación de anécdotas sin estructurar en esquemas de pensamiento … ”2
En este sentido, debería ser de particular interés para los educadores estimular la participación activa y critica de los alumnos, en la reorganización y reestructuración racional de todos aquellos saberes que son recogidos de Internet. Esta tarea es de fundamental importancia, ya que toda la información que el sujeto recoge del ciberespacio, va generando, de manera progresiva y silenciosa, fuertes concepciones ideológicas a partir de las cuales, el alumno, le otorga sentido a los diferentes hechos que ocurren en su vida cotidiana.
Así mismo, y en relación directa con este punto, el educador debe procurar que aquellos datos que son tomados de Internet, no se transformen en conocimientos “ abstractos ”, descontextualizados de los problemas auténticos, reales y cotidianos de los alumnos. Esta tarea representa un gran desafío para el sistema educativo en general, ya que tiene como finalidad que el alumno pueda utilizar sus saberes en el vertiginoso mundo contemporáneo.
Por otra parte, a aquellos candorosos que “ santifican ” a Internet, habría que recordarles que, si bien es cierto que la revolución informática de nuestros tiempos crea las posibilidades para que las condiciones de vida de la humanidad mejoren, es evidente que la tecnología por si sola no es suficiente para transformar de manera radical nuestro existir.
Así, por ejemplo, la excesiva utilización de Internet, puede conllevar la formación de sujetos individualistas, egocéntricos y alienados. En efecto, en el ciberespacio, los alumnos frente a una cotidianeidad violenta, encuentran “ … refugio en la realidad virtual, mientras las ciudades tienden a convertirse en inmensos desiertos llenos de gente donde cada cual vela por su santo y esta cada cual metido en su propia burbuja … ”3. En este sentido, en forma latente, progresiva, y porque no también trágica, hoy en día las relaciones entre los seres humanas, mediatizadas por una computadora, están siendo cada vez mas “ abstractas ”: se esta perdiendo, en forma gradual e inquietante, la capacidad de diálogo con los demás, y la posibilidad de conocer la sociedad, único lugar en donde el sujeto puede trascender de su soledad, a través del arte, el amor y la comunicación con sus semejantes, todas actividades que únicamente pueden ser plenamente fecundas, cuando se realizan cara a cara con el prójimo.
Ahora bien, como contrapartida, también es cierto que el ciberespacio puede ser utilizado como excelente vía para favorecer, la creación de redes con alumnos de otros países, no para crear realidades virtuales y alienantes, sino, por el contrario, para pensar acciones en común, por ejemplo, para emprender actividades en defensa del medio ambiente.
Por último, hay que tener en cuenta una cuestión para nada menor. Aquí y allá se dice que nuestras sociedades son mas igualitarias que las de otras épocas, ya que a través de Internet todos tenemos la misma posibilidad de acceder a igual, e idéntica, cantidad de información. Una afirmación válida, que sería una magnífica excusa para alzar una copa y brindar por ella, salvo por un pequeño detalle que “ empaña ” la alegría: no todos los padres de los alumnos, que concurren a las instituciones educativas, poseen los recursos económicos como para comprar una computadora, o para contratar un servicio de Internet. Por este motivo, si bien es cierto que la utilización del ciberespacio en el ámbito educativo es una tarea impostergable, el docente tendrá que estar atento, y en alerta permanente, a la cuestión monetaria, y a no recomendar, sin mas, el uso de Internet a quién él sabe que no tiene los recursos para hacerlo, ya que esto agudizaría las diferencias entre los que mas tienen y los que menos poseen. En este sentido, con el fin de que todos, independientemente de su condición económica, tengan acceso a Internet, y con el propósito de que el ciberespacio n se vaya convirtiendo en un criterio cada vez mas intenso de discriminación y exclusión, es factible que el docente proponga que los alumnos se agrupen de a pares, así quienes tienen acceso a Internet, podrán compartirla con aquellos que no tienen los recursos para costearla.

Algunas palabras finales.

Nuestras instituciones educativas sobreviven bajo la luz oscura del siglo XX que acaba de finalizar, una época en que la humanidad creyó que el progreso científico y la tecnología acarrearían la felicidad eterna, y se topó con la dolorosa realidad de dos guerras mundiales, campos de concentración, dictaduras totalitarias, la cosificación humana, y la destrucción de la naturaleza. Así mismo, los alumnos, de nuestras escuelas, transitan por sociedades que oscilan entre los vestigios del mundo moderno que prometía progreso ilimitado, felicidad y libertad para todos, y un mundo postmoderno en donde se vislumbran fracturas en las identidades sociales, pobres culturas democráticas, fragmentación social, y exclusión laboral.
En este contexto, contradictorio y difícil de transitar, Internet se ha convertido en un espacio que, en muchas ocasiones, sirve para que los que no tienen palabra ni voz en los medios de comunicación hagan escuchar sus “ proclamas ”. Por su parte, Internet es también una excelente vía para socializar los conocimientos existentes, y para favorecer que los alumnos se apropien de ellos de manera “ crítica y organizada ”, para intentar “ humanizar ” mas su existir.
Ahora bien, en forma paralela, el ciberespacio es “ útil ” para la transmisión de pseudo conocimientos, valores y concepciones ideológicas que, en líneas generales, cumplen la función de reproducir un imaginario social que favorece la alienación humana. Por otra parte, esta misma vía es utilizada por diferentes compañías para publicitar sus productos, asimilando libertad de navegación con libertad de comercio, y reproduciendo la idea de que todos los objetos que nos rodean, incluyendo los seres humanos, son efímeros, cambiantes y desechables.
En última instancia Internet, como cualquier otra herramienta, puede ser utilizada para que los alumnos puedan descubrir una rendija de luz en el túnel abismal, y sin aparente salida, de nuestras sociedades, o por el contrario, puede ser utilizado para reproducir, en las subjetividades estudiantiles, un conjunto de significaciones que sostienen y reproducen el actual estado de situación.
Por estos motivos, y en momentos donde Internet ha penetrado los rincones mas recónditos de nuestro ser, los educadores tienen la laboriosa, pero impostergable, tarea de propiciar y facilitar que sus alumnos reconstruyan, de manera racional y critica, los conocimientos, actitudes y pautas de conducta, que recogen y asimilan directa y acriticamente del ciberespacio, y los utilicen en sus experiencias cotidianas para soñar y construir un mundo mas justo y solidario.



1 Sabato, E. “ Obras Completas: Ensayos ”. Buenos Aires: Ed. Seix Barral. Pag. 452.
2 Perez Gomez, A. I. Socialización y Educación En La Epoca Postmoderna. En “ Ensayos de Pedagogía Critica ”. España: Ed. Popular. Pag. 52.
3 Galeano, E. “ Patas arriba. La escuela del mundo al revés ”. Buenos Aires: Ed. Catálogos. Pag. 282.

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